- Preste atención a esos momentos "peligrosos."
- Mantenga su nivel de estrés bajo.
- Evite desastres potenciales siempre que sea posible.
Sin que importe qué tan bueno sea
usted como padre de familia, es posible que de vez en cuando se enoje
con su hijo. La ira es una reacción humana causada por la cantidad de
estrés que existe al ser padre de familia. Es una reacción humana, pero a
veces es dañina. Puede ser y debe ser controlada.
La mejor manera para detener su ira es prevenirla antes de que se presente. A continuación se ofrecen algunas formas de mantener la ira fuera de su casa, tal como lo recomienda el libro When Anger Hurt. Quieting the Storm Within [Cuando la ira hace daño: Calmando la tormenta interna].
Aprenda a escuchar la necesidad del niño en lugar del ataque, y usted podrá canalizar su energía en soluciones positivas, en lugar de reacciones ya sea de ira o defensivas.
La ira de los padres de familia, aunque es comprensible, no es productiva para nadie si se la deja sin control. Ocasiona más tensión y presión arterial alta. Los niños sufren de lesiones emocionales y quizás físicas. Los lazos familiares se destruyen. Todo esto, y la ira nunca resuelve el problema original. Cuesta trabajo mantener la ira en el lugar que corresponde, pero vale la pena el esfuerzo.
Fuentes
Angry All the Time: An Emergency Guide to Anger Control [Enojado todo el tiempo: Una guía de emergencia para controlar la ira] por Ron Potter-Efron. New Harbinger Publications, 2005.
La mejor manera para detener su ira es prevenirla antes de que se presente. A continuación se ofrecen algunas formas de mantener la ira fuera de su casa, tal como lo recomienda el libro When Anger Hurt. Quieting the Storm Within [Cuando la ira hace daño: Calmando la tormenta interna].
- Preste atención a esos momentos "peligrosos." ¿Cuándo es más probable que se fastidie usted? ¿En la mañana cuando está cansado o después del trabajo cuando siente estrés? Sepa cuando va a tener menos paciencia, y evite interacciones de estrés con su hijo.
- Mantenga su nivel de estrés bajo. Dedíquese a ejercicios para relajarse, a la meditación, a la música—cualquier cosa que le ayude a relajarse. Cuando comience a sentir que la tensión aumenta, cuídese inmediatamente.
- Hágale saber a su hijo cuando usted tenga la sensación de estrés o cuando esté malhumorado. Su hijo aprenderá que son los momentos cuando usted necesita un poco más de calma.
- Evite desastres potenciales siempre que sea posible. Por ejemplo, no permita que su hijo lleve un jugo de color rojo sobre la alfombra blanca si sabe de antemano que si lo derrama usted se pondrá furioso.
- Planee las rutinas de disciplina por adelantado para que la disciplina no se base en la ira momentánea.
- Asegúrese que su hijo sepa exactamente lo que se espera de él y qué sucederá exactamente si no obedece las reglas. Menos confusión da como resultado menor tensión para todos.
- No toque a su hijo cuando está enojado. La adrenalina ha bloqueado su razonamiento y ha fortalecido sus músculos … una combinación peligrosa.
- No hable demasiado cuando está enojado. Una reprimenda amarga puede herir a su niño tanto como darle un golpe con la mano.
- Haga una pausa para calmarse. Vaya a algún lugar seguro para calmarse o haga algo que le permita calmarse. Lea, utilice sus técnicas para relajarse, escuche música o salga a caminar. Enfrente el problema cuando su presión sanguínea haya bajado.
- Escuche ¿Realmente escuchó lo que dijo su hijo o la ira está tapando sus oídos? Podría ser más bien un caso de un malentendido en lugar de un mal comportamiento.
- Busque apoyo. Tenga a un amigo o a un familiar que esté listo para escucharle—alguien con quien pueda aclarar la situación. Si usted se siente especialmente abrumado o si no encuentra a esa persona, llame a una línea de asistencia.
Aprenda a escuchar la necesidad del niño en lugar del ataque, y usted podrá canalizar su energía en soluciones positivas, en lugar de reacciones ya sea de ira o defensivas.
La ira de los padres de familia, aunque es comprensible, no es productiva para nadie si se la deja sin control. Ocasiona más tensión y presión arterial alta. Los niños sufren de lesiones emocionales y quizás físicas. Los lazos familiares se destruyen. Todo esto, y la ira nunca resuelve el problema original. Cuesta trabajo mantener la ira en el lugar que corresponde, pero vale la pena el esfuerzo.
Fuentes
Angry All the Time: An Emergency Guide to Anger Control [Enojado todo el tiempo: Una guía de emergencia para controlar la ira] por Ron Potter-Efron. New Harbinger Publications, 2005.
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