por Aletha Solter, Ph.D.
- 1. Busca necesidades subyacentes.
- Ejemplo: Da algo a tu hijo con lo que jugar mientras haces cola.
- 2. Ofrece información y razones.
- Ejemplo: Si tu hijo colorea la pared, explica porqué coloreamos sólo en papel.
- 3. Busca sentimientos subyacentes.
- Reconoce, acepta y escucha los sentimientos. Ejemplo: Si tu hijo pega a su hermana pequeña, anímale a que exprese su enfado y sus celos de manera inofensiva. él podría necesitar llorar o rabiar.
- 4. Cambia el entorno.
- A veces es más fácil que tratar de cambiar al niño. Ejemplo: Si tu hijo saca cosas de los armarios de la cocina repetidamente, pon un cierre de seguridad en los armarios.
- 5. Busca alternativas aceptables.
- Redirige el comportamiento del tu hijo. Ejemplo: Si no quieres que tu hijo construya un fuerte en el comedor, no digas simplemente no. Dile donde sí puede construir uno.
- 6. Demuestra cómo quieres que tu hijo se comporte.
- Ejemplo: Si tu hijo tira de la cola a un gato, muéstrale cómo se cuida a un gato. No confíes sólo en las palabras.
- 7. Da elecciones más que ordenes.
- Tomar decisiones otorga poder a los niños. Las órdenes invitan a una lucha de poder. Ejemplo: “¿Te gustaría lavarte los dientes antes o después de ponerte el pijama¡”
- 8. Haz pequeñas concesiones.
- Ejemplo: “Dejaré que te saltes el lavarte los dientes esta noche porque estas muy cansado”.
- 9. Proporciona un periodo de preparación.
- Ejemplo: Si tienes invitados para cenar, dile a tu hijo cómo esperas que se comporte. Se específico. El role-playing puede ayudar a preparar al niño para situaciones potencialmente difíciles.
- 10. Deja que ocurran las consecuencias naturales (cuando sea apropiado).
- No rescates demasiado. Ejemplo: Un niño que no cuelga su traje de baño y su toalla podría encontrarlos todavía mojados al día siguiente. (Pero no crees consecuencias artificiales).
- 11. Comunica tus propios sentimientos.
- Di al niño cómo te afecta su comportamiento. Ejemplo: “Estoy cansado de recoger migas en el salón”.
- 12. Usa acciones cuando sea necesario.
- Ejemplo: Si tu hijo insiste en cruzar la calle corriendo, agárrale la mano firmemente (mientras le explicas los peligros).
- 13. Abraza a tu hijo.
- Los niños que se comportan de forma agresiva u odiosa se pueden beneficiar del abrazo, de un modo amoroso y compasivo, que les permita canalizar sus sentimientos reprimidos en lágrimas curativas.
- 14. Retira a tu hijo de la situación y quédate con el.
- Usa el tiempo para escuchar, compartir sentimientos, abrazar a tu hijo, y resolver conflictos.
- 15. Hacerlo juntos. Se juguetón.
- Muchas situaciones de conflicto se pueden convertir en juegos. Ejemplo: “Hagamos que somos los siete enanitos mientras limpiamos.” “Hagamos turnos cepillándonos los dientes el uno al otro.”
- 16. Distiende la situación con risas.
- Ejemplo: Si tu hijo esta enfadado contigo, invítale a expresar su enfado con una divertida pelea de almohadas contigo. Juega tu parte rindiéndote dramáticamente. La risa ayuda a resolver la rabia y los sentimientos de impotencia.
- 17. Haz un trato, negocia.
- Ejemplo: Si estás preparado para irte del parque y tu hijo se lo está pasando bien, alcanza un acuerdo con él acerca del número de veces que podrá tirarse del tobogán antes de irse.
- 18. Hacer juntos resolución de conflictos.
- Discute los conflictos en curso con tu hijo, expón tus propias necesidades, y pídele ayuda para encontrar soluciones. Determina las normas junto con tu hijo. Ten reuniones familiares.
- 19. Revisa tus expectativas.
- Los niños pequeños tienen sentimientos y necesidades intensos y son naturalmente ruidosos, curiosos, desordenados, tercos, impacientes, exigentes, creativos, despistados, miedosos, egocéntricos, y llenos de energía. Trata de aceptarlos como son.
- 20. Tómate un descanso.
- Abandona la habitación y haz lo que necesites para recuperar la compostura y el buen juicio. Ejemplo: Llama a un amigo, llora, medita, o date una ducha.
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