En este contexto, quisiera decir algo
acerca de las ‘relaciones kármicas’. Me refiero a relaciones entre
personas que se han conocido en otras vidas y que han experimentado
intensas emociones con relación a uno y otro. El rasgo característico de
una relación kármica es que las parejas llevan dentro emociones
irresueltas, tales como culpa, miedo, dependencia, celos, ira o algo
similar. Debido a esta ‘carga’ emocional irresuelta, ellos se sienten
atraídos uno al otro en otra encarnación.
La finalidad del encuentro reiterado
es proveer de una oportunidad para resolver el problema inminente. Esto
sucede recreando el mismo problema en un corto período de tiempo.
Cuando ellos recién se encuentran, los ‘jugadores’ kármicos sienten un
apremiante impulso a estar más cerca uno del otro, y después de algún
tiempo ellos comienzan a repetir sus viejos patrones emocionales del
rol. Ahora se ha establecido el escenario para enfrentar otra vez los
viejos problemas y tal vez manejarlos de un modo más iluminado. El
propósito espiritual del encuentro reiterado es que ambos en la pareja
hagan otras elecciones diferentes a las que han hecho durante aquella
vida anterior.
Voy a dar un ejemplo aquí. Imaginen
una mujer quien, en una vida previa, tuvo un marido que era totalmente
posesivo y dominante. Por un tiempo ella aceptó esto, pero llegado un
cierto punto ella decidió que era suficiente y rompió la relación. Más
tarde el marido se suicida. La mujer siente remordimiento. Ella cree que
es culpable. ¿No debería ella haberle dado a él otra oportunidad? Ella
acarrea este sentimiento de culpa por el resto de su vida.
En otra vida ellos se vuelven a
encontrar. Hay una singular atracción entre ellos. Al principio, el
hombre es excepcionalmente encantador y ella es el centro de su
atención. Él la adora. Comienzan una relación. A partir de entonces él
se vuelve cada vez más celoso y posesivo. Él sospecha adulterio por
parte de ella. Ella se halla a sí misma en una disputa interior. Ella
está enfadada y perturbada a causa de que él la acuse equivocadamente,
pero ella también siente una extraña obligación a ser indulgente y a
darle a él otra oportunidad. Él es un hombre herido, ella piensa, él no
puede ayudar en esto ya que tiene este temor a ser abandonado. Tal vez
yo pueda ayudarle a superarlo. Ella justifica su comportamiento de este
modo pero en realidad ella permite que sus límites personales sean
violados. La relación afecta negativamente su autoestima.
La elección más liberadora para la
mujer habría sido ahora romper la relación y seguir su propio camino sin
sentirse culpable. El dolor y miedo del marido no son su
responsabilidad. El dolor del marido y la sensación de culpa de ella los
han llevado a una relación destructiva. Su relación ya estaba cargada
emocionalmente a causa de una vida anterior. El significado del
encuentro repetido es que la mujer debe aprender a dejar que las cosas
prosigan sin sentimientos de culpa y que el hombre debe aprender a
sostenerse por sus propios pies emocionalmente. Por lo tanto la única
solución real es romper la relación. La solución para el karma de la
mujer es finalmente soltar su sensación de culpa. El ‘error’ que ella
comete en su vida anterior no fue que ella abandonó a su marido sino que
ella se sintió responsable por su suicidio. La partida de su esposa en
esta vida confrontaría al marido nuevamente con su propio dolor y temor y
esto le ofrecería a él una nueva oportunidad de enfrentar estas
emociones en lugar de escapar de ellas.
Pueden reconocer un encuentro
kármico por el hecho de que ustedes inmediatamente sienten a la otra
persona extrañamente familiar. Con mucha frecuencia también existe una
atracción mutua, algo apremiante ‘en el aire’, que los impulsa a estar
juntos y a descubrirse. Si se da la oportunidad, esta fuerte atracción
puede llegar a convertirse en una relación de amor o en una agobiante
‘pasión’. Las emociones que experimentan pueden ser tan abrumadoras que
ustedes piensan que han encontrado a su alma gemela. Sin embargo, las
cosas no son como parecen. Siempre habrá problemas en este tipo de
relaciones, que tarde o temprano emergerán. A menudo, las parejas
terminan involucrándose en un conflicto psicológico que tiene poder,
control y dependencia como ingredientes principales. Por esto ellos
repiten una tragedia que su subconsciente reconoce de una vida anterior.
En una vida pasada ellos podrían haber sido amantes, padre e hijo, jefe
y subordinado, u otro tipo de relación. Pero ellos siempre han tocado
un profundo dolor interno en el otro, por actos de infidelidad, abuso de
poder o, por otro lado, también un fuerte cariño. Ha habido un profundo
encuentro emocional entre ellos el cual ha dejado profundas cicatrices y
trauma emocional. Es por esto que las fuerzas de atracción así como
también la repulsión pueden ser tan violentas cuando ellos se encuentran
otra vez en una nueva encarnación.
La invitación espiritual a todas las
almas que están energéticamente enredadas de este modo es dejar ir al
otro y volverse una ‘entidad en sí misma’, libre e independiente. Las
relaciones kármicas como han sido mencionadas aquí casi nunca son
relaciones de larga duración, estables, amorosas. Son relaciones
destructivas más que sanadoras. Muy frecuentemente, el propósito básico
del encuentro es lograr soltarse uno del otro. Esto es algo que podría
no haberse hecho en una o más vidas pasadas, pero ahora hay otra
oportunidad para liberarse uno al otro en amor.
Si ustedes se hallan en una relación
que está caracterizada por emociones intensas, que evoca mucho dolor y
aflicción pero de la cual no pueden escaparse, por favor dense cuenta de
que nada los obliga a estar con la otra persona. Además, comprendan que
esas intensas emociones a menudo están más relacionadas con un dolor
profundo que con amor mutuo. La energía del amor es esencialmente calma y
pacífica, alegre e inspirante. No es opresiva, agotadora y trágica. Si
una relación adquiere este rasgo, es tiempo de soltar más bien que de
‘trabajar en ella’ otra vez.
A veces, ustedes se convencen a
ustedes mismos de que tienen que estar juntos porque ‘comparten karma’ y
tienen que ‘salir bien de esto juntos’. Ustedes imaginan la ‘naturaleza
del karma’ como un argumento para prolongar la relación, mientras que
ambos siguen sufriendo inmensamente. En realidad, aquí están
tergiversando el concepto de karma. Ustedes no solucionan juntos el
karma: el karma es una cosa individual. El karma implicado en relaciones
tales como la mencionada anteriormente a menudo requiere que ustedes
liberen completamente, que ustedes se retiren de tal relación para poder
experimentar que son una totalidad en sí mismo. Nuevamente, resolver
karma es algo que ustedes hacen por su propia cuenta. Otra persona puede
tocar o disparar algo dentro de ustedes que crea mucho drama entre
ustedes. Pero sigue siendo su exclusiva tarea y desafío tratar con su
propia herida interior, no con los problemas de la otra persona. Ustedes
solamente tienen responsabilidad por ustedes mismos.
Es importante comprender esto porque
es una de las principales trampas en las relaciones. Ustedes no son
responsables de su pareja y él/ella no es responsable de ustedes. La
solución a sus problemas no yace en el comportamiento de la otra
persona. A veces están tan conectados al niño interior de su pareja, la
parte emocionalmente herida dentro de él/ella, que sienten que ustedes
son aquel que lo va a ‘salvar’. O su pareja puede estar tratando de
hacer lo mismo con ustedes. Pero esto no va a funcionar. Ustedes estarán
reforzando emociones de impotencia y de victimización en la otra
persona, mientras que finalmente sería más provechoso si trazasen la
línea y se apoyasen a sí mismo. Es su destino ser capaces de sentirse
total y completo, enteramente por cuenta propia. Esa es la condición más
importante para una relación verdaderamente satisfactoria.
Relaciones Sanadoras
Hay relaciones que son sanadoras y otras
que son destructivas. Una característica de las relaciones sanadoras es
que las parejas se respetan uno al otro como son, sin tratar de cambiar
al otro. Sienten mucho placer en su mutua compañía, pero no se sienten
intranquilos, desesperados o solos si el otro no está alrededor. En esta
clase de relación, ustedes ofrecen comprensión, apoyo y aliento a su
ser amado sin tratar de resolver sus propios problemas. Hay libertad y
paz en la relación. Por supuesto, puede haber desacuerdos de vez en
cuando, pero las emociones que surgen son efímeras. Ambos en la pareja
están preparados para perdonar. Hay una conexión del corazón entre ellos
como resultado de lo cual ellos no tomarán las emociones o errores de
la otra persona como algo personal. Debido a que no dispara una capa más
profunda de dolor, ellos no le dan mucha importancia a eso.
Emocionalmente, ambos en la pareja son independientes. Ellos no toman su
fuerza y bienestar de la aprobación o de la presencia de su compañero.
Él o ella no siente un vacío en su vida sino que agrega algo nuevo y
vital.
En una relación sanadora, las
parejas pueden también conocerse uno al otro de una o más vidas pasadas.
Pero en estos casos, casi nunca hay una carga emocional kármica como se
describió anteriormente. Las dos almas pueden haberse conocido en una
vida pasada de un modo que fue esencialmente alentador y sustentador.
Como amigos, pareja o como padre e hijo, ellos se han reconocido uno al
otro como compañeros de alma. Esto crea una unión indisoluble a lo largo
de varias vidas.
Les daré otro ejemplo. Un hombre
joven crece en una familia pobre en algún lugar en la Edad Media. Él es
bondadoso y sensible por naturaleza y no concuerda muy bien con su
ambiente. Su familia está formada por gente trabajadora, más bien gente
dura que resta importancia a su naturaleza soñadora, ‘poco práctica’.
Cuando es adulto entra a un monasterio. Él no es realmente feliz aquí
tampoco, porque la vida está estrechamente regulada y hay poca calidez
humana o compañerismo entre las personas que viven ahí. Sin embargo hay
un hombre que es un poco diferente. Es un sacerdote que tiene un alto
rango pero que no tiene aire de autoridad y quien está verdaderamente
interesado en él. De vez en cuando él pregunta cómo están yendo las
cosas y le asigna varios trabajos placenteros como jardinería. Cada vez
que se miran hay entre ellos una sensación de reconocimiento, algo de la
misma mentalidad. Hay una conexión silenciosa desde el corazón. Aunque
ellos no se encuentran muy a menudo o hablan mucho, el sacerdote es una
fuente de esperanza y de aliento para el hombre joven.
En una vida posterior este hombre es
una mujer. Una vez más, ella tiene una naturaleza bondadosa y soñadora.
Ella tiene dificultades en sostenerse por sí misma. Cuando es adulta
ella se empantana en un matrimonio con un hombre que es autoritario y
dominante. Al principio, ella se vio cautivada por su notable, poderoso
carisma, pero más tarde se da cuenta de cómo su autoridad la limita y la
oprime. Sin embargo, es muy difícil para ella poder liberarse de él. En
su trabajo a veces ella habla del tema con un colega, un hombre algo
mayor que ella. Él la alienta a sostenerse por sí misma y a permanecer
fiel a sus propias necesidades. Cada vez que ella habla con él, ella
intuitivamente sabe que él tiene razón. Luego, después de un gran
conflicto interno, ella se divorcia de su marido. El contacto con su
colega cambia ahora. Ella siente cariño por él. Él resulta ser soltero.
Ella se siente tan cómoda con él que parece como si se conocieran desde
hace siglos. Ellos comienzan una relación que es amorosa, relajada y
alentadora para ambos. La simpatía que estuvo fluyendo entre ellos en
una vida anterior ahora toma forma como una relación satisfactoria entre
un hombre y su esposa.
Esta es una relación sanadora. La
mujer ha tomado una decisión esencial al dejar a su marido y al elegir
por ella misma. Con esto ella ha afirmado su independencia emocional.
Esto ha creado las bases para una relación amorosa bien equilibrada con
un alma conveniente….
Jeshua
Pamela Kribbe
Para leer la canalización completa: http://www.jeshua.net/esp/ en “Relaciones de la Nueva ERA”
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