Si estás frente a un sujeto, hábil, sutil, con una mirada mágica y misteriosa que es capaz de hacerte bailar a su ritmo, estás frente a un Hechicero de Serpientes.
Este sujeto tiene un don de actor y posee un excelente olfato acerca de las personas, sobre todo de las mujeres. El sabe reconocer cuando se siente sola, y es frágil emocionalmente.
Sabe de tus inseguridades, incluso te conoce mejor que tú misma, y como hechicero, fiel a su cometido, se trasforma en lo que sea que necesites de él, aprovechándose de tu vulnerabilidad, para encantarte.
El secreto de su poder reside en su habilidad para que lo veas sólido, firme, e integrado. Casi como un Roble (y vaya que tardarás en darte cuenta que es solo un perejil)
Porque tú le das el poder, producto de tu encantamiento, de hacerte sentir la mujer más afortunada del planeta…sólo porque se dignó a mirarte. Lo triste es que está absolutamente convencido de que el sol sale porque él existe, y lo más terrible, es que… tú también. Además de hacerte sentir que sólo él puede ayudarte, porque sólo él te comprende.
Si tuviésemos que tipificarlos podríamos decir que se presentan como “sabios”, “sanadores” algunos incluso trabajan en algo relacionado con la ayuda a los demás, oficio al que dedican el más importante de sus esfuerzos porque los demás, "lo necesitan".
O tal vez, aparecen como almas libres, quijotes sufridos.
Son divertidos, cancheros, o se muestran con auras de profundidad, sabiduría y con recursos sociales. Para resumir, podemos decir que están presentes de distintas formas, colores y características, pero cuidado: la característica común es que todos son atractivos, inalcanzables, fascinantes y seductores.
Su único objetivo es “hechizarte”. Así podrá, gracias a la “lúcida admiración y altar donde tú lo has puesto” contar con tu dinero, tus recursos, tu vitalidad, tus contactos, tu vida entera. Sí, tu vida, aquella que constantemente critica porque no está a su altura.
Y cuando te des cuenta de que eres víctima del encantador de serpientes ya es demasiado tarde, ya has pagado algunas de sus cuentas y has hipotecado tus emociones y sueños.
Sin embargo no todo está perdido, aún tienes tiempo de arrancar, si reconoces que ese ser encantador, talentoso y elocuente, casi imposible, no es tal, ni va a cambiar.
En un primer momento te hizo sentir en la gloria, y pasaste de ahí al infierno, casi sin darte cuenta. Todo cambió y sientes que ya no eres su reina, que no eres ni suficiente, ni tan especial para él.
Acá ya cruzamos a la etapa crítica, donde empiezas a dudar de ti misma, llegando incluso a avergonzarte de quien eres.
No, no estás loca, todo esto es porque él ha usado algunas de sus técnicas de desestabilización, que son habituales y sutiles como las insinuaciones, las alusiones malintencionadas, a tu inteligencia, situación familiar, amistades, futuro incierto, etc.
Vives encerrada en sus encantamientos, que no sabes enfrentar y te culpas ya que es capaz de mirarte a los ojos, con la certeza absoluta, sin siquiera parpadear, para decirte que tú estas equivocada, cuando tú sabes que no es así.
¿Por qué? ¿Por qué te sientes culpable de sus estados de ánimo y tragedias personales?, porque tú eres la “súper mujer” compasiva, contenedora, sanadora y curadora, propia del rol femenino, que tiene que salvarlo.
Si a eso le sumamos la baja autoestima, bastante común en muchas mujeres, es lo que te hace sucumbir, una y otra vez a la música de sus palabras. A partir de aquí intentarás esforzarte e incluso tratarás de hacer lo imposible por recuperar ese paraíso perdido, que se dio al comienzo de la relación, incluido cerrar tus ojos, sintiéndote además responsables de no estar a su altura, o de no comprenderlo.
La siguiente etapa es cuando ya estás en un semiestado de coma agudo, aprenderás a autohechizarte, ¡lo justificarás! Te repetirás que él es una persona asustada con una herida por dentro. Que está encerrado en un dolor profundo, que nunca llegara a superar, a menos que tú lo cures, ya que con tu amor incondicional, él terminara por sanarse, y va a lograr, al fin, ser feliz. Porque es tu deber acompañarlo, y ayudarlo a cumplir su sueño, aquel que nunca tuvo y que todos le quitaron, porque la vida ha sido tan injusta con él.
Entras en la etapa de la intravenosa y el tanque de oxígeno, cuando ya que ni si quieras puedes ver, que para él todos los demás ¡el mundo entero! son los malos y él es el bueno, casi un santo. Y que por eso tiene el derecho de usar, y usarte, ya que considera que todos están ahí para satisfacer sus necesidades, porque se lo merece.
Y así buscara controlar todas aquellas cosas que le permiten ostentar poder: como el dinero, el trabajo, la voluntad, los hijos, la familia, la casa. A estas alturas lo más habitual es que tú debas encargarte (feliz y deseosa) de satisfacer todas sus necesidades o, de lo contrario, recibirás su castigo emocional. No te mirará, te quitará su amor unos días, no contestará cuando lo llames, etc. Hasta que tú te doblegues y de rodillas vayas a suplicarle que te perdone, que te dé otra oportunidad.
Por eso, antes de que te tengan que rescatar de la UCI emocional, te quiero dar algunas de las SEÑALES DE ALARMA, que son el manual que cualquier corazón limpio debería tener, para no caer entre las garras un Hechicero de serpientes:
• Alerta cuando en su historia personal abundan los: "nadie sufre como yo", "he tenido que soportar cosas terribles". Desde el padre que lo maltrató, la madre que nunca lo vio, los hermanos que lo agredieron, el colegio que tuvo que soportar, etc, etc, etc.
• O si en su discurso habitual se muestra como un mártir al que todos deberían admirar por haber sufrido tanto, seguir vivo y ser tan talentoso
• Al hablar de sus éxitos, lo hará imprimiendo un bajo perfil, casi en tono de humildad, pero no te engañes, igual se atribuye mayores habilidades que los demás al conseguirlos
• Sus fracasos son producto de circunstancias externas.
• Necesita ser el centro de atención, sentirse aprobado y admirado. Grave si tú empiezas a retraerte, para que él brille. Créeme, más grave aun si tú brillas más que él, ¡no lo tolerará! e intentará apagarte de una u otra forma.
• Se ofende con facilidad cuando lo critican, subvalorando a la persona que emitió la crítica. Peor si eres tú quien lo critica, sacará lo más oscuro de ti a la luz. Y argumentará que tiene que defenderse, que lo estás agrediendo.
• Sus estados de ánimo cambian: Un día el sol brilla, tú eres increíble, todo es color de rosa y al otro día, sin saber porque, así de la nada, todo es negro y le es imposible pensar más que en él mismo y necesita estar solo.
• Le cargan tus compromisos, incluido tus cumpleaños. Por eso mismo perderás tus relaciones más cercanas peligrando incluso tu propia familia. No olvides, siempre es tu familia o tus amigos, los que no lo quieren, o no lo aceptan. Pobrecito ¡!!!
• Huye a 300 Km por hora!! Si te dice que ha sobrellevado mucho de tu carácter, como si fueses insoportable, y debas mejorar o trabajar en ti misma.
• Si escuchas "Sólo yo puedo ayudarte", "sólo yo puedo cambiar tu vida a mejor”, o “nadie te comprende más que yo “o “nadie te ha amado como yo” haz un ejercicio de sano razonamiento y: ¡No le creas por favor!
• Mantiene relaciones muy cercanas con sus amistades femeninas – y que por cierto tiene muchas- a las cuales les repite las mismas frases poéticas que a ti, sin diferencia alguna, sólo que tú no lo sabes o tardas en darte cuenta.
• Delicado, si te dice constantemente que cree en el amor ideal, o que quizás nunca logre abrir su corazón encapsulado, o que estuvo enamorado y claro, ¡tú no entras ahí! en ninguna de esas fantasías.
• Si te ha sido infiel, no te amargues, seguramente él no tuvo culpa alguna, fuiste tú la culpable o la amante. En ese mismo momento debes arrancar ya que lo más probable es que lo volverá hacer. No le creas, aunque te jure amor de guata.
• Todo su encanto personal es “out door” y en casa es el ser más aburrido
Señal de alarma absoluta si te sorprendes a ti misma integrándolo a todas tus actividades comerciales, lo trasformas en tu socio, inviertes todo tu dinero o peor aún, si terminas trabajando para él, desgastándote más allá de lo humanamente posible, organizándole la vida, para que él brille.
Ahora si a pesar de todo insistes, no te has cansado de sufrir y quieres permanecer a su lado, es recomendable:
• No dejar de mirarlo solo a él,
• Entender claramente que: él es el centro del universo.
• No lo contradigas nunca.
• Se su más fiel compañera.
• Sublímate a sus deseos.
• Todo va excelente si ambos aman a la misma persona, es decir a EL.
Guarda silencio mientras el se eterniza en un inagotable monologo , y no le contradigas.
• Pero por sobre todo nunca dejes de tener dinero y recursos sociales. Así el jamás te dejara, créeme no te lo sacaras ni con una grúa, aunque te haga creer que la relación está siempre a punto de desmoronarse y que obviamente es por tu culpa.
Sara Ahumada
Mónica Schüler
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