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jueves, 8 de enero de 2015

EMOCIONES QUE CAUSAN ENFERMEDADES¡¡¡¡

La conexión cuerpo mente” es el nuevo libro de Debbie Shapiro. En él explica cómo nuestros estados emocionales pueden favorecer todo tipo de enfermedades: hipertensión, disfunciones cardíacas o trastornos nerviosos de diferentes tipos. Las distintas dolencias  pueden contribuir no sólo a transformar nuestra salud física, sino también a facilitar la curación a un nivel más profundo. El secreto está en descubrir y comprender los mensajes que encierran los desórdenes físicos para poder conocernos y vivir mejor.

“Para entender esta conexión psicosomática, antes tenemos que reconocer que la mente y el cuerpo son un todo”, afirma la autora. Normalmente, consideramos al cuerpo como un “envase” que nos acompaña, al que debemos cuidar y que cuando se daña deban llevar al médico para repararlo. “Lamentablemente esta visión es muy limitada. Niega la complejidad de energías que configuran todo nuestro ser, energías que fluyen y se intercomunican. (…) No existe separación entre lo que sucede en la mente (pensamientos y sentimientos) y lo que ocurre en el organismo”, explica.
Para Shapiro, “demostrar el efecto de la relación psicosomática es sencillo. Sabemos que un sentimiento de ansia o nerviosismo puede dar lugar a un trastorno estomacal, estreñimiento o dolor de cabeza. Sabemos que el estrés puede ocasionar úlceras o, incluso, ataques al corazón; que la depresión y la infelicidad afectan a nuestro organismo hasta el punto que nos sentimos pesados y aletargados, faltos de energía; perdemos el apetito o comemos en exceso; nos duelen la espalda y el cuello... Sin embargo, la felicidad aumenta nuestra energía y nuestra vitalidad”.

El lenguaje psicosomático
“Es un lenguaje de fácil comprensión. Para comenzar, hay que develar cuál es nuestro conflicto interno. Luego, enfrentarnos a él y transformarlo en paz y armonía para lograr que la curación tenga efecto”, afirma la autora. Este es un listado de los problemas y dolores  más frecuentes y sus posibles causas emocionales.
Cabeza. Es nuestro centro de comunicación, el lugar desde donde conectamos con el mundo. Si nos duele, es porque sus arterias se han estrangulado y aceleran el pulso sanguíneo. La sangre transporta nuestros sentimientos (amor, aceptación, ira, odio o rechazo) y a través de las arterias y las venas damos y recibimos amor. El estrangulamiento de las venas de la cabeza suele indicar, por consiguiente, una incapacidad para expresar o recibir esos sentimientos.
Cuello. Es el puente entre la mente y el cuerpo. Un cuello con poca movilidad indica la imposibilidad de ver en todas direcciones: se trata de una visión muy rígida y limitada, que supone obstinacióny una mentalidad estrecha. Puede, también, constituir una reacción a un estrés extremo que nos inculca el deseo de encerrarnos y limitarnos.
Espalda. Es un espacio donde se mezclan símbolos y significados. Ahí es donde dejamos todo lo que no queremos ver o mostrar a los demás: es el lugar en el que enterramos sentimientos y experiencias que nos han causado daño o confusión. Por otra parte, contiene la columna vertebral, el elemento más importante de toda la estructura psicosomática, el pilar que sustenta nuestro ser y sobre el que se asienta el resto del cuerpo. El dolor de espalda indica un deseo de evadirse de algo, de volver la espalda a ello; o bien necesitamos librarnos de “un peso” que cargamos sobre ella. 
Alergias. Es una respuesta hiperactiva por parte del sistema inmunológico a un agente externo; esta respuesta se deriva de una causa interna. ¿A qué somos realmente alérgicos? O  ¿ante qué reaccionamos de un modo hiperactivo? ¿Qué origina de verdad esa irritación y la fuerte respuesta emotiva de nuestro organismo? Las alergias tienden a indicar un nivel profundo de temor, un miedo a participar plenamente de la vida o a despojarse de las ayudas para ser autosuficientes. Además… ¿Nos servimos de una alergia para conseguir cariño?
Corazón. Como centro del amor y núcleo de nuestras emociones, se asocia a toda la gama de sentimientos. Los ataques al corazón son una situación desesperada a través de la cual el cuerpo nos advierte que hemos ido demasiado lejos, que estamos prestando demasiada atención a aspectos materiales o que estamos luchando por conseguir algo de escaso valor real y no dedicamos suficiente atención a la familia o a los afectos.
Hipertensión.  El exceso de tensión emocional se debe, con frecuencia, a una alta presión sanguínea o una tensión nerviosa intensa. La causa reside en un profundo temor y falta de confianza, la sensación de que corremos peligro constante y debemos estar alerta. Esto puede atribuirse a alguna experiencia traumática en el pasado. Una respiración profunda y una total relajación son esenciales.
Infecciones urinarias (cistitis).  Se debe a una falta de expresión de los sentimientos negativos que tienen que ver con las relaciones (un 80% de los casos de cistitis se manifiestan en un momento de ruptura), así como a los temores y conflictos conectados con el renacimiento del propio ser más allá de las relaciones con los demás.
Pies. Son el medio que nos permite guardar la estabilidad, avanzar y sentirnos seguros en la relación con el mundo. Los problemas en los pies indican un conflicto en la direccióny en la producción de movimiento, así como una falta de seguridad y estabilidad en nuestro entorno.
Y la lista sigue. Cada dolor, enfermedad o problema se genera, de acuerdo a Shapiro, en todas las emociones y sentimientos reprimidos que nos invaden. Reconocerlos y tratarlos es la clave para vivir mejor y de manera más saludable.
A veces, una persona se siente físicamente mal sin un motivo aparente. Tal vez se trata de cansancio, dolores de cabeza, problemas digestivos o cualquier otro síntoma que le impide estar bien y que parece arrastrar día tras día sin que desaparezca.
Mucho más a menudo de lo que creemos, los síntomas físicos y enfermedades tienen su origen en nuestras emociones. Eso no significa que no sean reales o estén solo en nuestra mente. Significa que tus emociones pueden llegar a enfermarte.
Existe un pequeño truco que nos puede ayudar en muchos casos a determinar si una enfermedad o síntoma tiene un origen psicológico. Imagina, por ejemplo, que tienes contracturas en el cuello o dolores de cabeza. Cuando es de origen físico (por ejemplo, una contractura tras un esfuerzo físico excesivo), el dolor sigue un curso similar al de una enfermedad aguda típica o alguna herida: el cuerpo reacciona y comienza la curación de inmediato, de modo que vas mejorando día tras día hasta que el problema desaparece por completo en poco tiempo. Sin embargo, cuando es de origen emocional, sigue estando ahí hagas lo que hagas. Tu cuerpo intenta curarse pero no lo consigue, porque la causa sigue presente, dentro de ti, en tu propia mente. Y mientras no vayas directamente a esa causa, no lograrás hacer desaparecer los síntomas.

El estrés
Cuando nos enfrentamos a algún tipo de presión, tanto externa como interna, nuestro cuerpo reacciona con la respuesta de estrés. Por ejemplo, empiezas un nuevo trabajo donde tu jefe te trata con desprecio. Ante una situación como esta, sientes una tensión que se produce tanto a nivel emocional como físico.
A nivel psicológico o emocional aparece un estado de preocupación o ansiedad, irritabilidad, ira, problemas para dormir, tristeza, cansancio o problemas para concentrarse. A nivel físico puede producirse un aumento de la frecuencia cardiaca, problemas digestivos, mareos, contracturas, dolor de cabeza o espalda, sensación de falta de aire, sudoración o dolor de cabeza.
El estrés puede ser debido a ciertas circunstancias externas. Por ejemplo, problemas laborales, acoso en el trabajo, relaciones de pareja tormentosas, etc. Pero la forma en que reaccionas ante estas circunstancias es la que, en última instancia, determina cómo vas a sentirte. Por este motivo, lo que pienses y hagas ante una situación estresante es muy importante.

En otros casos, es el propio modo de ser de una persona el que la lleva a estar preocupada por prácticamente todo y reaccionar continuamente con miedo y estrés ante cualquier contratiempo, imprevisto o problema, por pequeño que sea. No es raro que estas personas tengan síntomas crónicos, como dolores de cabeza, migrañas, hipertensión, contracturas, fatiga crónica o incluso enfermedad cardiaca.
¿Cómo el estrés llega a enfermar a una persona?
Los síntomas descritos se producen porque, ante una situación de estrés, nuestro cuerpo se prepara automáticamente para luchar o para huir. Se liberan unas hormonas (las hormonas del estrés) que dan lugar a una serie de cambios fisiológicos:
  • Para huir o luchar es necesario que los músculos se tensen, de ahí que las contracturas y problemas musculares sean tan típicos en personas estresadas.
  • El corazón late más deprisa para llevar más sangre y oxígeno a los músculos que van a necesitarla para huir o luchar, y la respiración se acelera.
  • Nuestro cuerpo considera que debe enviar la mayoría de sus recursos a los órganos que más lo necesitan en ese momento (los encargados de la lucha o huida), de manera que hace que las funciones menos necesarias en ese momento se vuelvan más lentas. Esto es lo que sucede con la digestión. Si sientes miedo, las contracciones y secreciones del duodeno y el estómago se inhiben, mientras que si sientes ira, se aceleran.
  • El sistema inmunitario también se ve inhibido por el mismo motivo (la energía hace más falta en otros órganos).
Esta es una respuesta diseñada para funcionar a corto plazo, que nos permite afrontar de manera más efectiva una amenaza inmediata. El problema aparece cuando el estrés se hace crónico, y esta respuesta se prolonga en exceso. Cuando esos cambios fisiológicos se prolongan en exceso pueden acabar causando daño y enfermedad.
Por ejemplo:
  • El estrés hace que aumente la densidad de la sangre, y esto puede aumentar la probabilidad de formación de coágulos.
  • Al estar disminuida la respuesta inmunitaria, aumenta la probabilidad de padecer infecciones.
  • Cuando aparece una célula cancerosa, un sistema inmunitario sano la destruye. Si este sistema está inhibido por el estrés, la probabilidad de cáncer es mayor.
  • Al estar afectado el aparato digestivo por el estrés, pueden aparecer dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, acidez de estómago, úlcera, etc.
  • El estrés puede hacer que la probabilidad de abortar aumente en un 50%.
  • Los síntomas similares a las alergias que padecen algunos trabajadores de oficina (asma, dolor de cabeza, eczema, sinusitis) y que se ha dado en llamar síndrome del edificio enfermo, puede ser en realidad una consecuencia del estrés.
  • El dolor de cabeza es un síntoma muy típico asociado al estrés. Es un dolor producido por tensión muscular. Hay personas que tienen una predisposición biológica a convertir el estrés en tensión muscular.
  • El estrés puede ser también el causante de la migraña, aunque en este caso, el dolor aparece una vez que la causa de estrés ha desaparecido.
 
 

La medicina tradicional china clasifica las causas externas de las enfermedades. Hoy voy a hablar de las causas internas de las enfermedades, a las que la medicina china denomina "Siete Emociones", y son: ira, miedo, conmoción, amargura, alegría, tristeza y preocupación.
¿Recuerdan qué sintieron cuando se enamoraron, cuando fueron acusados injustamente de una fechoría, o cuando alguien tomó su espacio del estacionamiento y les sonrió desde la ventana? ¿Sí? Entonces no tengo que convencerlos de que las emociones tienen un efecto enorme en nuestros cuerpos. Piensen en cómo su pecho y estómago se contrajeron cuando estaban molestos o cómo el corazón latió más rápido, y la adrenalina corrió por las venas cuando estaban enojados o asustados.
Las respuestas emocionales pueden causar una cascada de reacciones químicas en el cuerpo, estimulando algunos sistemas de órganos, e inhibiendo otros. Es normal y saludable tener respuestas emocionales, sin embargo, cuando las reacciones son graves y / o prolongadas, pueden lesionar los órganos y hacerlos más vulnerables a la enfermedad.
En la medicina china, cada una de las siete emociones está asociada con un órgano. Por lo tanto, se deduce que si se tiene una fuerte emoción negativa, el órgano asociado a esa emoción, se verá afectado.
A continuación, enumero las siete emociones y sus órganos asociados.
1- Ira - hígado
2- Miedo - riñones
3- Conmoción/susto (enfermedad aguda) - riñones y corazón
4- Alegría - corazón
5- Amargura (exceso de pensamiento y estimulación mental) - bazo
6 - Preocupación - bazo y pulmones
7 - Tristeza – pulmones
Por ejemplo, la tristeza prolongada afectará los pulmones. Lo contrario también es cierto; si tienen un problema pulmonar por largo tiempo, se verán afectados emocionalmente y podrán experimentar sentimientos de tristeza. Es un poco como la situación del huevo y la gallina. He aquí otro ejemplo: si durante mucho tiempo, lleva una gran cantidad de ira, empezará a afectarse su hígado y causar un desequilibrio. También, si tienen una enfermedad crónica del hígado, es posible desarrollar un temperamento más irritable, tendrán problemas para tolerar la frustración, e incluso se volverán depresivos.
Este antiguo concepto de las siete emociones, ilustra la importancia del tratamiento integral de la enfermedad, debido a que nuestros cuerpos no son partes separadas. Es necesario tratar a la persona en su totalidad. Una enfermedad o problema físico, afecta al resto del cuerpo y a la mente. La curación debe incluir el tratamiento de todos los desequilibrios psicológicos, físicos y espirituales.

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