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jueves, 28 de agosto de 2014
RELACIONES TÓXICAS
Se callan, pero te la juegan por detrás: los peores tipos de relaciones tóxicas
Ya se hizo referencia en su día a las parejas insanas, compuestas por gente sensible que tiende a salir con personas que, sin duda, los perjudican. Sin embargo, no es este el único arquetipo de relación tóxica
que podemos encontrar en la sociedad actual, a menudo muy ligadas a
comportamientos pasivo-agresivos. Estos pueden manifestarse de muy
variadas maneras: mediante la cabezonería, la procrastinación, las
bromas hostiles o el murmurar o suspirar constantemente. A menudo no
expresamos nuestros sentimientos negativos explícitamente, sino que se
manifiestan de manera sutil, impidiendo la comunicación y dando lugar a
relaciones complicadas. El comportamiento pasivo-agresivo
Según el psiquiatra de la Clínica Mayo Daniel K. Hall-Flavin, los síntomas específicos de la gente que actúa de manera pasiva-agresiva son los siguientes:
–Resentimiento y oposición a las peticiones de los demás.
–Procrastinación y errores voluntarios en respuesta a los requisitos de los demás.
–Una actitud cínica, huraña y hostil.
–Quejas constantes por sentirse infravalorados o engañados.
Con
frecuencia adoptamos este tipo de comportamiento por hallarnos
involucrados en una relación tóxica de la que no podemos salir, o porque
tememos confrontar el problema. Cuanto más tóxica es la relación, más intenso es el comportamiento pasivo-agresivoSegún
afirma Hall-Flavin, "aunque el comportamiento pasivo-agresivo puede ser
un rasgo de varios problemas de salud mental, no está considerada una
enfermedad mental como tal. Sin embargo, el comportamiento
pasivo-agresivo puede interferir en las relaciones personales y crear dificultades laborales".
Normalmente
adquirimos este tipo de comportamiento a una edad temprana, por lo
general debido a experiencias pasadas negativas. El problema es que, en
esos casos, nos resignamos a una constante actitud fatal,
que mina nuestro sentido de la eficacia y del esfuerzo: aprendemos a
desistir y a evadir. Cuanto más tóxica es la relación, más intenso es el
comportamiento pasivo-agresivo. Las relaciones tóxicas
¿Cuáles son, pues, esas relaciones que nos llevan a responder con actitudes pasivo-agresivas? Para los psicólogos Philip Zimbardo y Rosemary K.M. Sword, las siguientes situaciones son las que con más frecuencia nos incitan a responder con la citada actitud hostil y evasiva: 1. La familia
Es
una situación que cualquiera reconoce: el padre ha instado a su hijo a
ordenar su cuarto innumerables veces y, ante la apatía de éste,
finalmente lo amenaza. "Si no recoges tu cuarto, no te llevaré al cine a
ver esa película que llevas todo el mes queriendo ir a ver". La respuesta hosca del niño es predecible.
Apurará hasta el último minuto antes de recoger su habitación, que
finalmente apañará de mala manera, amontonando los juguetes bajo la
cama, esperando que sea su padre quien recoja finalmente y como es
debido la habitación, o que lo lleve al cine de todos modos. 2. La familia política
La suegra no está contenta con la nuera: no es una peli de Woody Allen ni una comedieta al estilo Los padres de él: es una realidad. Una realidad complicada para el marido, que se halla en medio. Los comentarios de su madre son, efectivamente, inoportunos y acosadores, pero su mujer no quiere hacerles frente: procura evitar el conflicto y no hacer que exploten las tensiones familiares.
La
respuesta pasivo-agresiva suele traducirse en llegadas tarde a las
reuniones familiares, murmurar a las espaldas lo que se piensa de veras o
burlarse a escondidas del familiar en cuestión. 3. La pareja Siempre accedes
a las peticiones del otro: él decide a dónde iréis, qué haréis y cuánto
tiempo le dedicaréis a cada cosa. No es de extrañar que, a la hora de
ir a la cama, inconsciente, pasiva y agresivamente, a ti te duela
siempre la cabeza. 4. El trabajo
Tu jefe, explotador y excesivo, te ordena hacer mucho más trabajo del que te corresponde, te deja sin tiempo libre y no te respalda cuando ha de hacerlo.
Ante
esa situación, es frecuente una reacción de cumplimiento con la orden
pero se darán errores inconscientes pero voluntarios: el trabajo se
hará, pero mal.
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