La Esposa/Compañera del Narcisista
Lo que sigue son los conceptos, traducidos del inglés al español, que Sam Vaknin, el autor de " Maligno amor a uno mismo-Narcisismo Revisado", ha vertido al respecto.
Recordemos que el autor se refiere a "el" narcisista, pero la temática aplica tanto para hombres como para mujeres.
Recordemos que el autor se refiere a "el" narcisista, pero la temática aplica tanto para hombres como para mujeres.
La compañera o esposa del narcisista puede ser una mujer cálida e independiente, pero también puede ser una co-dependiente, o una narcisista invertida.
El narcisista abusa a su compañera íntima de numerosas maneras: abiertamente, encubiertamente, siendo impredecible, reaccionando desproporcionadamente, deshumanizándola, objetivizándola, utilizándola hasta el máximo posible.
Él también puede utilizar lo que se denomina "gaslighting" o abuso ambiental o utilizar a otros para controlarla y abusarla (Nota del Traductor: denominado abuso por proximidad o abuso por proxy).
Pregunta: ¿Qué clase de esposa/compañera es más proclive a ser atraída por, o a atraer a, un narcisista?
Respuesta:
Las Víctimas
La realidad es que no hay una compañera
(emocional) que típicamente "se una" a un narcisista. A cualquiera le
puede pasar. Las fases iniciales de atracción, enganche y enamoramiento
son bastante normales. El narcisista pone su mejor rostro - la otra
parte es cegada por un amor compinche. El proceso de selección natural
ocurre solo mucho después, a medida que la relación se desarrolla y es
puesta a prueba.
Vivir con un narcisista puede ser emocionante, es siempre oneroso, a menudo angustioso.
Sobrevivir a la relación con un narcisista indica, por lo tanto, los
parámetros de la personalidad del sobreviviente. Ella, (o, más
raramente, él) es moldeada por la relación en La Típica Compañera/Esposa
del Narcisista.
La compañera, por lo tanto, se pone a sí misma en la posición de víctima eterna: indigna, punible, un chivo expiatorio. Algunas veces, es muy importante para la compañera aparecer como moral, sacrificada y victimizada. En otras ocasiones, ella no está al tanto de estos predicamentos. El narcisista es percibido por su compañera como una persona en la posición de exigir estos sacrificios por parte de ella porque él es superior en muchas maneras (intelectualmente, emocionalmente, moralmente, profesionalmente, o financieramente).
El estatus de víctima profesional va bien con la tendencia de la compañera de castigarse a sí misma, o sea: con su vena masoquista. La atormentada vida con el narcisista es justo lo que ella merece.
A este respecto, la compañera es la imagen reflejo del narcisista. Al mantener una relación simbiótica con él, al ser completamente dependiente de su fuente de provisión masoquista (la cual el narcisista constituye de manera más fiable y proporciona más ampliamente) la compañera realza ciertos aspectos y alienta ciertos comportamientos, los cuales constituyen el verdadero corazón del narcisismo.
El narcisista nunca está completo sin una compañera que lo adore, que esté disponible, que se rebaje y que se auto denigre. Su sentido de superioridad, de hecho su Ser Falso, depende de ello. Su Super Ego sádico vuelve su atención del narcisista ( en el cual a menudo provoca maquinaciones suicidas) a su compañera, obteniendo de ese modo una fuente alternativa de satisfacción sádica.
Es a través de la negación que la compañera sobrevive. Ella niega sus deseos, esperanzas, sueños, aspiraciones, necesidades materiales, sexuales y psicológicas, elecciones, preferencias, valores, y mucho más. Ella percibe sus necesidades como amenazadoras porque pueden engendrar la ira de la figura suprema de semi-Dios del narcicista.
El narcisista es visto entonces como aún más superior debido a esta auto negación. La auto negación ejercida para facilitar la vida de un "gran hombre" es más digerible. Cuanto más grande es el hombre
(o sea, el narcisista) más fácil es para su compañera ignorar su propio ser, volverse inestable, degenerarse, convertirse en un apéndice del narcisista y, finalmente, no ser otra cosa más que una extensión, fusionarse con el narcisista hasta el punto del olvido y de meras remotas memorias de sí misma.
Los dos colaboran en esta danza macabra. El narcisista es formado por su compañera tanto como él la forma a ella. Sumisión genera superioridad y masoquismo genera sadismo. Las relaciones se caracterizan por su emergentología: los roles son adjudicados casi desde el principio y cualquier desviación se encuentra con una reacción agresiva, casi violenta.
El estado mental predominante de la compañera es de profunda confusión. Incluso las relaciones más básicas - con el marido, los hijos o los padres - permanecen oscurecidas por la sombra gigante proyectada por la interacción con el narcisista. Una suspensión del juicio es parte de una suspensión de la individualidad, la cual es pre requisito y a la vez consecuencia de y para convivir con el narcisista. La compañera ya no sabe qué es cierto y está bien y qué es equivocado y está mal.
El narcisista recrea para su compañera la clase de ambiente que llevó a su propia formación en primer lugar: capricho, ambivalencia, arbitrariedad, abandono emocional (y físico y sexual). El mundo se vuelve hostil y ominoso, y la compañera sólo tiene una cosa a la que aferrarse: el narcisista.
Y eso es lo que ella hace. Si hay algo que con seguridad se puede decir de aquellos que se unen emocionalmente a un narcisista es que son abiertamente y demasiado dependientes.
La compañera no sabe qué hacer - y esto solo es natural dentro del daño que representa la relación con el narcisista. Pero la compañera típica tampoco sabe lo que ella quiere y, en un orden más grande, quién es y qué desea ser.
Estas preguntas no contestadas obstaculizan la habilidad de la compañera para sopesar la realidad. Su pecado primordial es que se enamoró de una imagen, no de una persona real. Es el vaciamiento de la imagen lo que es llorado cuando la relación termina.
El rompimiento de la relación con un narcisista es, por lo tanto, muy cargado emocionalmente. Es la culminación de una larga cadena de humillaciones y de sojuzgamiento. Es la rebelión de las partes saludables y funcionales de la compañera contra la tiranía del narcisista.
La compañera probablemente malinterpretó y entendió de manera completamente equivocada la interacción (Nota del Traductor: Sam Vaknin duda de llamarla "relación"). Esta falta de interacción apropiada con la realidad puede llegar a ser (erróneamente) calificada de "patológica".
¿Porqué la compañera parece querer prolongar su sufrimiento? ¿Cuáles son la fuente y el propósito de esta vena masoquista? Luego de la ruptura, la compañera (pero no usualmente el narcisista, el cual se rehúsa a proveer un cierre a la relación) se engancha en un duelo tortuoso y sin fín.
A veces, la ruptura es iniciada por la sufrida esposa o compañera. A medida que ella se desarrolla y madura, ganando en auto-confianza y un mínimo de auto-estima ( irónicamente, a instancias del narcisista y su calidad de "figura paterna" y "gurú") ella adquiere mayor autonomía personal y se rehúsa a proveer a la necesidad drenante de energía del narcisista: ya no le provee de la tan importante fuente de provisión narcisista (respeto ostentoso, el estarle en deuda, adulación, atención completa, admiración y las memorias de triunfos y éxitos pasados).
Típicamente, los roles entonces se revierten y el narcisista despliega comportamientos codependientes, tales como aferrarse, en un intento desesperado de sostener su "creación", a la hasta ese momento veterana y confiable fuente de provisión. Estos son más tarde acentuados por el aislamiento social del narcisista que envejece, desintegración psicológica (descompensación) y derrotas y fallos recurrentes.
Paradójicamente, como hace notar Lidija Rangelovska, el narcisista desea y puede ser atraído inicialmente hacia una compañera íntima con fronteras personales claras, la cual insiste en sus derechos aún al precio de una confrontación. Esto es porque tal compañera es percibida por él como una presencia fuerte, estable y predecible - lo verdaderamente opuesto de sus padres y del abusivo, caprichoso y objetivizante ambiente que nutrió su patología en primer término.
Pero entonces él trata de despojarla de estas cualidades al volverla sumisa y codependiente.
Pero la pregunta de quién hizo qué a quién (e incluso porqué) es irrelevante. Lo que sí es relevante es dejar de hacer el duelo por uno mismo, volver a sonreír y a amar en una manera menos servil, menos desesperanzada y autopunitiva.
Nota del Traductor: Un narcisista cerebral le escribió lo siguiente a Sam Vaknin (los comentarios de Vaknin firmados SV):
"Supongo que soy un resabio de los hombres de los siglos 18 o 19: patriarcal y transaccional (compare esta afirmación con los descubrimientos de Keller et al - SV). He tenido varias relaciones serias, incluyendo un compromiso de casamiento y tres matrimonios.
El patrón siempre ha sido el mismo: habiendo seleccionado a una mujer muy inferior en su posición a la mía (y, por lo tanto, menos proclive a abandonar el barco) y luego de un breve período de sexo rampante (para demostrarle a ella que soy "normal" y para hacerle esperar años venideros de gran intimidad física y emocional, propaganda falsa, lo admito) yo me remití a ser este recluso, interesado solo en mis estudios, en leer y escribir, y el universo de la mente. Nada de sexo, nada de amor ni de intimidad, física o emocional, nada de hijos, sin casa propia (siempre vivi en departamentos alquilados), y sin familia. Tómelo o déjelo y con un mínimo de molestia.
Sus roles son: (1) admirarme; (2) recordarme de mis logros y "glorias" pasados; (3) actuar como una gloriosa sirvienta y realizar las tareas del hogar; (4) servirme de compañía, disponible en el fervor del momento, para hacer lo que le pida y adherir a mis planes y decisiones; (5) dar una buena impresión de mí no avergonzándome con su ignorancia, promiscuidad, o pereza.
Siempre y cuando ella cumpliera con las funciones antes indicadas, realmente no me importa qué más ella hiciera con su tiempo, ni con quién. Nada me perturbaba, ni siquiera una pizca de celos, cuando todas mis mujeres me dijeron que me habían engañado con otros hombres, algunas de ellas múltiples veces. Pero cuando demostraron claros signos de revuelta, cuando se volvían desencantadas, amargamente decepcionadas, faltas de afecto, desilusionadas, frías, distantes, cansadas, demostrativamente ausentes, faltas de todo interés en mí y en mi trabajo, verbal y psicológicamente abusivas hacia mí, y se rehúsaron a hacer cosas juntos, entonces ahí entré en pánico porque tuve miedo de perder sus valiosos servicios.
Temí el tiempo, esfuerzo y recursos necesarios para "romper el hielo", entrenar, "domesticar" y habituar otra mujer a mis necesidades y requerimientos particulares ( convertirlas en fuentes de provisión narcisista secundarias - SV). También estaba cansado de que cada vez mis mujeres se quedaran con la mitad de mis bienes. Después de todo: ¡yo solo me casé con ellas para asegurar su presencia en mi vida y les proveí de un estilo de vida que nunca podrían haber obtenido por sí mismas, inferiores como eran desde un principio!
Enfrentado a un pronóstico tan desalentador, me embarqué en una carismática ofensiva y de nuevo les ofrecí sexo, intimidad, amor, atención y, de ser necesario, adulación. Solo que, a menudo, en esta etapa era definitivamente muy tarde, y demasiado poco. Ella ya se había ido hacía rato. Ya había abandonado de todos modos.
Todas mis mujeres sintieron que habia algo raro en mí, que algo faltaba en la relación así tal cual era, pero no lograron poner el dedo colectivamente en lo que era. Yo simplemente me ausenté porque consideraba una relación íntima completa como una colosal pérdida de mi tiempo y como la manifestación de la mediocridad tan sancionada socialmente. Siempre hubo una discrepancia en expectativas que llevó, inevitablemente, a rupturas y acritud."
El Abuso
El abuso es una parte integral, inseparable del Desorden de Personalidad Narcisista.
El narcisista idealiza y luego DEVALÚA y descarta el objeto de su idealización inicial. Esta devaluación abrupta, sin corazón ES abuso. TODOS los narcisistas idealizan y luego devalúan. Ese es EL comportamiento narcisista principal. El narcisista explota, miente, insulta, denigra, ignora (el "tratamiento silencioso"), manipula, controla. Todas estas son formas de abuso.
Hay millones de formas de abuso. Demasiado amor es abuso. Es equivalente a tratar a alguien como la extensión de uno mismo, un objeto, o un instrumento de gratificación. Ser sobre-protector, no respetar la privacidad, ser brutalmente honesto, con un sentido del humor mórbido, o recurrentemente sin tacto - es abusar. Tener expectativas muy altas, denigrar, ignorar - son todas formas de abuso. Existe abuso físico, verbal, psicológico y sexual. La lista es larga.
Los narcisistas son maestros en abusar subrepticiamente. Son abusadores encubiertos. Usted tiene que de hecho vivir con uno de ellos para poder presenciar el abuso.
Existen tres importantes categorías de abuso:
1- Abuso Abierto: El abuso abierto y explícito de otra persona. amenazar, ejercer coerción, maltratar físicamente, mentir, denigrar, castigar, insultar, humillar, explotar, ignorar ("tratamiento silencioso"), devaluar, descartar sin ceremonias, abuso verbal, abuso psicológico, abuso sexual, son todas formas de abuso abierto.
2- Abuso Encubierto o Controlador: El narcisismo se trata casi en su totalidad de control. Es una reacción primitiva e inmadura a las circunstancias de la vida en las cuales el narcisista (usualmente en su infancia) se encontró desamparado. Es acerca de re-asegurar la propia identidad, re-establecer lo predecible, controlando el ambiente - humano y físico.
3- El grueso de los comportamientos narcisistas puede rastrearse a través de esta reacción de pánico hacia la posible pérdida de control. Los narcisistas son hipocondríacos (y pacientes difíciles) porque tienen miedo de perder control sobre su cuerpo, su apariencia y su apropiado funcionamiento. Son obsesivos compulsivos en sus esfuerzos por dominar su ambiente físico y tornarlo predecible. Acechan a la gente y la acosan como un modo de "mantenerse en contacto" -otra forma de control narcisista.
Pero, ¿porqué el pánico?
El narcisista es un solipsista. Para él, nada existe excepto él mismo. Otras personas de significancia en su vida son sus extensiones, asimiladas por él, son objetos internos - no externos. Por lo tanto, perder control sobre alguien de importancia para él es equivalente a la pérdida de un miembro, o del propio cerebro. Es aterrorizante.
La gente independiente o desobediente evoca en el narcisista la aceptación de que algo está mal con su visión del mundo, que él no es el centro del mundo o su causa y que él no puede controlar lo que para él son representaciones internas.
Para el narcisista, perder el control es volverse loco. Debido a que las otras personas son solo elementos en la mente del narcisista, no ser capaz de manipularlos literalmente significa perder la cabeza. Imagínese si usted de pronto descubriese que no puede manipular sus memorias o controlar sus pensamientos...¡Pesadillezco!
Más aún, es a menudo solo a través de la manipulación y la extorsión que el narcisista puede asegurar su fuente de Provisión Narcisista. Controlar sus fuentes de provisión narcisista es una questión (mental) de vida o muerte para él. El narcisista es un drogadicto (siendo su droga la Provisión Narcisista) y él hará lo que sea necesario para obtener su próxima dosis.
En sus frenéticos esfuerzos por mantener el control o por reasegurarlo, el narcisista recurre a una miríada de diabólicas e imaginativas estratagemas y mecanismos. Aquí hay una lista parcial:
-Impredecibilidad
Los actos del narcisista son impredecibles, caprichosos, inconsistentes e irracionales. Esto sirve para demoler en otros su visión del mundo cuidadosamente construida. Los otros se vuelven dependientes de cada vuelta de tuerca del narcisista, de sus caprichos inexplicables, de sus explosiones, su negación o sus sonrisas.
En otras palabras: el narcisista se asegura de que ÉL es la única cosa estable en las vidas de los otros - destruyendo el resto del mundo de ellos a través de su aparentemente insano comportamiento. Él asegura su presencia en la vida de ellos al desestabilizarlos.
En la ausencia de una persona, no hay gustos o disgustos, preferencias, comportamiento predecible o características. No es posible conocer al narcisista. No hay nadie ahí.
El narcisista fue condicionado - desde una temprana edad de abuso y trauma - a esperar lo inesperado. Su mundo fue uno en el cual (a veces de manera sadística) caprichosos cuidadores y pares se comportaron a menudo arbitrariamente. Él fue entrenado para negar su Verdadero Ser y nutrir un Ser Falso.
Habiéndose creado a sí mismo, el narcisista no ve ningún problema en reinventar aquello que él diseñó en primer lugar. El narcisista es su propio creador.
De aquí su grandiosidad.
Más aún, el narcisista es un hombre de todas las estaciones, por siempre adaptable, constantemente imitando y emulando, una esponja humana, un espejo perfecto, un camaleón, una no-entidad que es, al mismo tiempo, todas las entidades combinadas. La mejor descripción es la de Heidegger: " Ser y Nada". Hacia este vacío reflectivo, hacia este agujero negro que succiona, el narcisista atrae las Fuentes de Provisión Narcisista.
Para un observador, el narcisista aparece como fracturado o discontinuo.
El narcisismo patológico ha sido comparado con el Desorden de Personalidad Disociada (anteriormente el Desorden de Múltiple Personalidad). Por definición, el narcisista tiene al menos dos Yoes, el Verdadero y el Falso. su personalidad es muy primitiva y desorganizada. Vivir con un narcisista es una experiencia nauseabunda no solo por lo que él es - sino por lo que él NO es. No es un humano totalmente formado - sino una galería caleidoscópica y mareante de imágenes efímeras, las cuales se derriten unas sobre otras sin fisuras. Es increíblemente desorientador.
También es en exceso problemático. Las promesas hechas por el narcisista son fácilmente negadas por él. Sus planes son pasajeros. sus vínculos emocionales - un simulacro. La mayoría de los narcisistas tienen una isla de estabilidad en su vida (esposa, familia, carrera, un hobby, su religión, país, o ídolo) sacudida por las turbulentas corrientes de su desordenada vida.
El narcisista no mantiene tratos, no adhiere a leyes o a normas sociales, y estima la coherencia y la previsibilidad como aspectos amenazantes.
Por lo tanto, invertir en un narcisista es una actividad sin propósito, fútil, y sin significado. Para el narcisista, cada día es un nuevo comienzo, una cacería, un nuevo ciclo de idealización o de devaluación, un yo nuevamente inventado. No hay acumulación de créditos o de buena voluntad, porque el narcisista no tiene ni pasado ni futuro. Él ocupa un eterno presente sin tiempo. Es un fósil cautivo en las cenizas congeladas de una niñez volcánica.
Consejo
Rehúsese a aceptar ese comportamiento. Demande acciones y reacciones razonables y racionalmente predecibles. Insista en el respeto por sus límites, predilecciones, preferencias y prioridades.
Reacciones desproporcionadas.
Una de las herramientas favoritas de manipulación en el arsenal del narcisista es la desproporcionalidad de sus reacciones. Reacciona con rabia suprema al menor desaire. Castiga severamente por lo que él percibe ser una ofensa contra él, no importa cuán mínima. Lanza una rabieta ante cualquier desacuerdo o discordia, aunque sea gentil y consideradamente expresada. O puede actuar atento, encantador y seductor (aún híper-sexual, de ser necesario). Este siempre cambiante panorama emocional ("dunas afectivas") junto a un desproporcionadamente rígido y arbitrariamente aplicado "código penal" es promulgado por el narcisista. Necesidad y dependencia en la fuente de toda justicia - el narcisista - son por lo tanto garantizadas.
Consejo
Demande un tratamiento justo y proporcionado. Rechace o ignore comportamiento caprichoso o injusto.
Si usted se encuentra con la inevitable confrontación, reaccione en consecuencia. Déjele probar un poco de su propia medicina.
Deshumanización y Objetivización
La gente tiene la necesidad de creer en las habilidades empáticas y en el básico buen corazón de los demás. Al deshumanizar y objetivizar personas - el narcisista ataca la base misma del tratado social. Este es el aspecto "alienígena" de los narcisistas - pueden ser excelentes imitaciones de adultos completamente formados pero son emocionalmente no-existentes, o, como máximo, inmaduros.
Esto es tan horrible, tan repulsivo, tan fantasmagórico - que la gente retrocede aterrorizada. Es entonces, con sus defensas absolutamente bajas, que son más susceptibles y vulnerables al control del narcisista. Abuso físico, psicológico, verbal y sexual son todas formas de deshumanización y objetivización.
Consejo
Nunca le muestre a su abusador que tiene miedo de él. No negocie con matones. Son insaciables. No se deje extorsionar.
Si las cosas se ponen feas- retírese, involucre a las fuerzas del orden, amigos y colegas, o amenácelo (legalmente).
No mantenga en secreto el abuso. El secreto es el arma del abusador.
Nunca le de una segunda oportunidad. Reaccione con su arsenal completo a la primera transgresión.
Abuso de información
Desde los primeros momentos de un encuentro con otra persona, el narcisista está al acecho. Recolecta información con la intención de aplicarla posteriormente en la extracción de Provisión Narcisista. Cuanto más sabe acerca de su potencial Fuente de Provisión - más capaz es de ejercer coerción, manipular, seducir, extorsionar, o "convertir para la causa". El narcisista no titubea en abusar de la información que sonsacó, sin importar que sea de naturaleza íntima o de las circunstancias en las cuales la obtuvo. Esta es una herramienta poderosa en su armamento.
Consejo
Sea cuidadoso. No sea demasiado expansivo en un primer o casual encuentro. Reúna inteligencia.
Sea usted mismo. No represente equivocadamente sus deseos, límites, preferencias, prioridades, y señales de alerta.
No se comporte de manera inconsistente. No vuelva sobre sus palabras. Sea firme y resuelto.
Situaciones imposibles
El narcisista pergeña situaciones imposibles, peligrosas, impredecibles, sin precedentes, o altamente específicas en las cuales él es única e indispensablemente necesitado. El narcisista, su conocimiento, sus habilidades o aspectos se vuelven los únicos aplicables, o los más útiles para hacer frente a estos predicamentos artificiales. Es una forma de control por proximidad.
Consejo
Alejése de semejantes atolladeros. Escrute cada oferta y sugestión, sin importar cuán inocua sea.
Prepare planes alternativos. Mantenga a otros informados de su destino y al tanto de su situación.
Dude y permanezca vigilante. No sea crédulo y sugestionable. Mejor estar a salvo que lamentarlo.
Control por proximidad
Si todo lo demás falla, el narcisista recluta amigos, colegas, compañeros, miembros de la familia, las autoridades, instituciones, vecinos, o la prensa - o sea, terceras partes - para hacer sus tareas.
Los usa para engatusar, coercionar, amenazar, acosar, ofrecer, retraer, tentar, convencer, perseguir, comunicar y manipular su blanco. Él controla estos desprevenidos instrumentos exactamente como planea controlar a su presa última. Emplea los mismos mecanismos y artilugios. Y se deshace de sus asistentes sin ceremonias una vez que el trabajo está hecho.
Otra forma de control por proximidad es ingeniar situaciones en las cuales el abuso es infligido sobre otra persona. Esos escenarios tan cuidadosamente ideados involucran situaciones embarazosas y humillación tanto como sanciones sociales (condena, oprobio, o incluso castigo físico). La sociedad, o un grupo social se vuelven los instrumentos del narcisista.
Consejo
A menudo los próximos del abusador no están al tanto de su rol. Demuéstreles a ellos cómo están siendo abusados, mal usados, o llanamente usados por el abusador.
Tiéndale trampas a su abusador. Trátelo como él lo trata a usted. Involucre a otros. Tráigalo a la luz. Nada como la luz del sol para desinfectar el abuso.
Abuso ambiental
El fomento, propagación y mejoramiento de una atmósfera de miedo, intimidación, inestabilidad, impredecibilidad, e irritación. No existen actos de abuso explícito rastreable o probable, ni ninguna característica manipulativa de control. Sin embargo, la molesta sensación permanece, una desagradable anticipación, una premonición, un mal presagio. Esto es a veces denominado "gaslighting".
En el largo plazo, ese ambiente erosiona la auto-estima y el sentido del propio valer de la persona. La auto-confianza recibe una sacudida. A menudo, las víctimas se tornan paranoides o esquizoides y como tales son expuestos aún más a la crítica y a a los juicios. Los roles, por lo tanto, se revierten: la víctima es considerada mentalmente desequilibrada y el narcisista el alma sufriente o la víctima.
Consejo
¡Huya! Aléjese. El abuso ambiental a menudo desemboca en abuso abierto y violento.
Usted no le debe a nadie una explicación - pero usted se debe a sí mismo una vida. Rescátese de la relación.
El Maligno Optimismo de los Abusados
A menudo me encuentro con tristes ejemplos de los poderes del autoengaño que el narcisista provoca en sus víctimas. Es lo que yo llamo "optimismo maligno". La gente se rehúsa a creer que algunas preguntas no tienen respuestas, que algunas enfermedades no tienen cura, que algunos desastres son inevitables. Ven un signo de esperanza en cada fluctuación. Encuentran patrones y significados en cada hecho, palabra o desliz. Son engañados por su propia apremiante necesidad de creer en la victoria última del bien sobre el mal, salud sobre enfermedad, orden sobre desorden. La vida aparece, si no, tan sin sentido, tan injusta y tan arbitraria...
Entonces, imponen sobre ella un diseño, un progreso, metas y caminos. Esto es pensamiento mágico.
"Si solo él lo intentara con más ahínco", "Si él realmente desease sanar", "Si encontráramos la terapia adecuada", "Si sus defensas estuvieran bajas", "TIENE que haber algo de bueno y valedero debajo de esa horrible fachada", "NADIE puede ser tan malo y destructivo!", "Debe haber querido decir otra cosa", "Dios, o un ser superior, o el espíritu, o el alma es la solución y la respuesta a nuestras plegarias", "Él no es responsable por cómo es - su narcisismo es el producto de una niñez difícil, de abuso, y de sus monstruosos padres".
Las defensas Pollyana de los abusados son dirigidas hacia la horrible y emergente comprensión de que los humanos son meras motas de polvo en un universo totalmente indiferente, los juguetes de fuerzas malignas y sádicas, de las cuales el narcisista es una - y de que finalmente su dolor no significa nada para nadie excepto ellos mismos. Nada. Ha sido todo en vano.
El narcisista sostiene ese pensamiento con desprecio mal disimulado. Para él, es un signo de debilidad, el aroma de una presa, una vulnerabilidad abierta. Él usa y abusa esta necesidad humana de orden, bondad y sentido - del mismo modo que usa y abusa todas las demás necesidades humanas. Credulidad, ceguera selectiva, optimismo maligno - estas son las armas de la bestia. Y los abusados son buenos trabajando para proveerle su arsenal.
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