La respiración consciente
Respiramos siempre. Es una acción automática, normalmente no somos conscientes de nuestra respiración. Solo cuando no fluye como debería, nos damos cuenta de ella. La respiración es la función fisiológica más importante de nuestro organismo. No podemos vivir ni 5 minutos sin respirar. La respiración es vital. Hay muchas maneras de respirar y cada una dice mucho sobre la persona que respira.Pensemos solo en los suspiros, el jadear, el cantar, el bostezar, el reírse, etc. En el Yoga se sabe desde hace miles de años que la respiración es mucho más que el intercambio de gases en los pulmones, más que la eliminación de dióxido de carbono y la asimilación de oxígeno.
En la respiración participa todo el cuerpo, nuestro estado de ánimo, nuestras emociones y pensamientos influyen sobre ella. Y viceversa: podemos influir en nuestro estado de ánimo con una respiración consciente.
Miremos qué pasa en el cuerpo cuando respiramos profundamente: el rítmico cambio entre inspiración y exhalación crea una vibración en el cuerpo. Al inspirar se expande el tórax y el diafragma baja hacia el abdomen. El diafragma es el músculo principal de la respiración y separa el tórax del abdomen. El diafragma al bajar hacia el abdomen masajea suavemente los órganos del abdomen y los empuja, por eso se expanden también el abdomen y la pelvis. El tórax expandido hace que el aire entre en los pulmones con facilidad y el flujo de sangre hacia el corazón se facilita. Al exhalar el diafragma y todas las paredes del cuerpo vuelven a su sitio y el aire sale de los pulmones. Cuando nos concentramos en la respiración podemos observar el movimiento respiratorio hasta los hombros y la nuca –expansión y soltar. Si el aliento puede fluir libremente, el cuerpo y todos sus tejidos se oxigenan y se alimentan bien. El cuerpo tiene el vigor y la relajación adecuados.
Pero la mayoría de los adultos no respiramos bien. Muchas veces nuestra respiración está limitada por tensión en el cuerpo. Entonces la vibración del aliento no se expande por todo el cuerpo, se bloquea; o nuestros músculos no tienen el tono adecuado, están muy flojos. La vibración respiratoria entonces se vuelve débil también y no llega a todo el cuerpo. Falta de vitalidad, cansancio y poca motivación son las consecuencias.
Todas las partes de nuestro cuerpo están conectadas. Si hay tensión o bloqueo en una parte las otras se ven alteradas también. Por ejemplo, si acumulamos tensión en los músculos de la mandíbula inferior, también se tensionan el suelo pélvico y el diafragma. Si no podemos relajar bien los hombros, si hay tensión en las rodillas… La respiración está conectada y relacionada con todas las funciones del cuerpo, y además el estado físico, el anímico y el mental influyen mutuamente y tienen su manifestación en la respiración.
Una respiración pobre, corta y superficial nos puede llevar a la desmotivación, la depresión, etc. Una respiración rápida y corta nos puede llevar a la ansiedad, aumentar el estrés, la angustia y el agotamiento…
En la práctica del Yoga, como en las técnicas de relajación y en la meditación la respiración tiene un papel clave. Porque, igual que nuestro estado de ánimo o de salud física influyen en la respiración, también podemos influir directamente a través de la respiración consciente en nuestro estado de ánimo o de bienestar físico.
El ejemplo más evidente es cuando respiramos profundamente: nos calmamos y nos relajamos. Uno no puede estar nervioso y alterado y respirar profundamente. La respiración profunda ejercitada con conciencia siempre calma y relaja.
En el trabajo de respiración consciente hay dos caminos diferentes:
El primero es entrenar la buena respiración: respiración abdominal (con la parte baja de los pulmones) o completa (con todas las partes de los pulmones), para oxigenar bien el cuerpo, para equilibrar mente y emociones, para relajarse profundamente (ver imagen).
La respiración con pausas sirve para aumentar la concentración y calmar la mente. Hay técnicas especiales (Pranayama) que son para oxigenar, purificar, impulsar la energía vital, para llegar a estados mentales especiales…
El segundo camino es el del aliento conscientemente experimentado sin forzar nada. En la meditación, por ejemplo, observamos nuestra respiración, nos concentramos en ella y en su efecto en todo el cuerpo, sin forzarla, ni influenciar, ni evaluarla. Solo observamos, y a través de ella conectamos más y más con nuestro cuerpo, comunicamos con él, conectamos con nuestro interior. Con cada espiración soltamos estrés, tensión, preocupación, obsesión, etc. Con cada inspiración nos cargamos con energía, nos equilibramos, llegamos a nuestro centro. En la pausa al final de la espiración nos quedamos un momento en el silencio en nuestro centro interior, en sentir la paz del momento presente.
Los efectos beneficios son múltiples:
La relajación física es más y más profunda, el cuerpo relajado recupera fuerza, vigor y vitalidad, la mente relajada se calma, se centra y gana claridad, el estado emocional se vuelve más equilibrado, más sereno. Sentimos amplitud, conexión con nuestro mundo, nos es más fácil sentir benevolencia, tolerancia y cariño con los demás y también con nosotros mismos.
Esta calma interna influye muy positivamente en nuestro sistema inmunológico, aumentan las defensas, nuestro cuerpo combate con más facilidad las enfermedades, nos volvemos más resistentes a las situaciones estresantes.
También tiene efecto positivo en el sistema nervioso. Resolvemos tensiones nerviosas lo que influye positivamente en el sueño, nos liberamos de trastornos de sueño o insomnio, y pueden mejorar muchos trastornos de salud como estreñimiento crónico o diarrea crónica, indigestión o colón irritable, taquicardias, palpitaciones, tics nerviosos, hipertensión, migrañas, etc.
¡Vale la pena poner atención en la respiración!
¿Cómo se aprende a respirar bien?
En las clases de Yoga se pone especialmente atención en la respiración y se entrena la respiración abdominal y completa. En las clases de Relajación la respiración es lo básico para poder relajarse mejor. En la meditación practicamos la observación pasiva de nuestra respiración y la conexión a través de la respiración con nuestro interior.La práctica de Yoga o de técnicas de relajación o de meditación es un camino excelente para mejorar la respiración y volverse más consciente de ella.
En sesiones individuales de respiración consciente combinada con técnicas de relajación se puede enfocar bien las necesidades de cada persona.
Para aprender bien la respiración consciente se necesita unas 10 sesiones de 1 hora por lo menos 1 vez a la semana. Luego hay que practicar en casa también. Como somos todos seres de costumbre necesitamos un tiempo de entrenamiento para cambiar el hábito de respirar equivocadamente al hábito nuevo de la buena respiración. Una vez aprendida bien se puede practicar muy bien solo la respiración consciente, combinada con relajación, viajes mentales o meditación.
No hay contraindicaciones ni efectos secundarios negativos (aunque no se puede aplicar a personas con trastornos mentales y psíquicos graves).
La respiración consciente nos puede ayudar mucho a combatir los trastornos de estrés, nos ofrece apoyo y alivio para las dolencias físicas y para nuestras penas emocionales, y nos ayuda en el proceso de autoconocimiento y desarrollo personal.
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